Es un hecho que el sistema nervioso central y la conducta van estrechamente relacionados entre sí.
¿Sabrías decirme hasta qué punto?
Para empezar, el sistema nervioso nos permite tener una recepción de información y la consecuente producción de respuestas y eso resulta lógico de cara a que la evolución en nosotros, como seres humanos, ha consistido básicamente y sobre todo en la adición de nuevas estructuras a través de los años.
Por cierto, ¿sabías que, un cerebro prehistórico humano de 35.000 años tiene casi la misma estructura que la nuestra hoy en día?
Hablo de ello con mayor profundidad y de todo lo que implica en tu vida en nuestros seminarios.
En nuestro cerebro tenemos una estructura que coloquialmente es llamada como “el cerebro triple”:
Esto es, tenemos unos circuitos preprogramados genéticamente que permiten una respuesta rápida, lo que condiciona favorablemente la supervivencia.
¿El problema?
Que tenemos que tener en cuenta que en la sociedad actual ya no estamos con la necesidad de actuar bajo dicha supervivencia. Pero esto, nuestro cerebro no lo entiende, deja que te ponga un ejemplo:
Si experimentas nerviosismo para presentar un proyecto laboral, vas a segregar cortisol, comúnmente llamada la hormona del estrés. Ahí, tu cerebro no entiende lo que está pasando: si se está segregando cortisol porque necesitas huir de un depredador o si tienes un poco de tensión.
Neurológicamente el cerebro es ciego: el cortisol es el cortisol, no entiende que viene dado por X situación. No sabe diferenciar si se trata de algo leve o grave. Lo que sí que hace como respuesta es sumir el resto de tus órganos en un estado de hiperactivación sistémica por si realmente necesitas una huida rápida, dañando tu anatomía para permitirte sobrevivir.

Profundicemos más en las estructuras cerebrales básicas:
La evolución del cerebro se explica con tres grandes estructuras principales que conforman nuestro cerebro:
1. Cerebro reptiliano: es el más primitivo (el tallo encefálico) y controla las funciones básicas del organismo, no piensa, se encarga de mantener básicamente vivo el cuerpo. Por ejemplo, una conducta instintiva automática, un escalofrío, un reflejo, un estornudo.
2. Cerebro emocional: es donde surgen las emociones más complejas y se desarrollan las partes encargadas de procesarlas.
El encargado de decidir si ponerte triste o contento, enfadado o agradecido, ante una situación o pensamiento.
3. Sistema límbico: es el que sobretodo aporta memoria y aprendizaje, el que permite una respuesta aún más compleja de la automática en cuanto a las emociones.
En el sistema límbico tenemos el hipocampo que registra los eventos y luego tenemos la amígdala que registra las emociones de dichos eventos eventos.
Esta combinación resulta explosiva.
Porque la amígdala, a la vez, es una estructura que se encarga y es la responsable directa de lo que llamamos “secuestros emocionales”:
Es decir, un ataque de risa con el cual no puedes parar, unas ganas de llorar irrefrenables, un ataque de ira similar a la enajenación mental…

Todo y que tenemos circuitos preprogramados genéticamente, también tenemos la oportunidad de aprender y modificar nuestras conductas.
Porque es en las conductas aprendidas donde hay la existencia de los puentes mentales, es decir, una interconexión entre células y neuronas que favorece que una conducta se convierta en un hábito, de nosotros
depende que sea positivo o negativo.
¿La conducta puede modificar que la estructura cerebral cambie?
Sí, y esto significa que no todos tenemos el mismo cerebro y que depende de nuestra vida, de nuestros hábitos y de lo que decidamos hacer con ellos, porque el cerebro puede modificar la conducta con los circuitos preprogramados pero de nosotros depende saberlo y hackearlos hacia nuestro favor.
La conducta también puede modificar el cerebro, (por ejemplo si aprendes una nueva habilidad).
Esta es una información muy valiosa: te permite tener conciencia y noción sobre que no siempre tienes que ser de la misma manera.
Y ya sabes lo que dicen:
“Lo que permanece igual e inmutable, termina por romperse”
Tú no quieres esto para tí.
Así, cuando se aprende una conducta, hábito o procedimiento nuevos, se modela la estructura cerebral de este modo: ganando más materia gris en las áreas cerebrales que repercuten a esta actividad, con lo cual tenemos que entender que gracias a que ahora mismo tenemos esta estructura tan compleja como lo es el cerebro y el sistema nervioso central, tenemos un magnífico lienzo para determinar nuestro futuro, como vamos a vivir en él y sobretodo donde queremos enviar esta materia gris para que nos resulte productiva en nuestras vidas.
El cerebro es como una galaxia entera, de ti depende quedarte observando desde uno de los planetas que haya o surfear y navegar desde un cohete, desde una nave que tú mismo hayas diseñado a tu antojo!