Del 1 al 10, ¿cuán de acuerdo estás con la siguiente afirmación?:
Como sociedad y en general, tenemos tan pocos desafíos vitales que enseguida nos venimos abajo con cualquier mínimo problema.
Año 2.500.000 a.C, Paleolítico. ¿Qué era más lógico para tí, salir a cazar o quedarte en la cueva disfrutando de tu pasatiempo favorito?
Está claro que sería la primera opción, ya que de lo contrario, no podrías comer y tus días terminarían.
Año 2024. ¿Qué es más lógico para tí evolutivamente (que no racionalmente), ir al gimnasio, esforzarte hasta saber que a la mañana siguiente vas a tener agujetas o tumbarte en el sofá con Netflix, bolsa de patatas y Coca-Cola en mano?
Ahí, la cosa cambia.

Tengo una notícia para tí: a pesar de estar en pleno siglo XXI, biológicamente, nuestro cerebro funciona como en el Paleolítico. De hecho, tu estructura cerebral es casi la misma, con pocas variaciones. Para que te hagas una idea y según la Neurobiología, se podría coger a un niño del Paleolítico, transportarlo hasta el presente y se adaptaría sin problemas. Porque el cerebro, es el mismo. Lo que sucede es que éste ha tenido que adaptarse a nuestro día a día actual, pero eso no significa que tu y yo sigamos teniendo multitud (más de lo que te imaginas) de vestigios esenciales de esa Era.
Ahí va un ejemplo: estamos diseñados para ahorrar energía a toda costa. De ahí a que se explique que en diversas ocasiones, como humanos, prefiramos estar tumbados o no salir de nuestra zona confortable a atrevernos con un esfuerzo moderado.
Somos y seremos así. Siempre tendremos esta y más tendencias que nos conducen a un camino poco productivo. ¿La buena noticia?
Desde el momento en que se toma consciencia de ello, se puede hackear y cambiar.
Te invito a una de nuestras mentorías para ahondar más en un tema tan apasionante.
Te esperamos! No dudes en escribirnos.