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El que suda más en la práctica, Sangra menos en la arena:

Foto del escritor: IkigaiIkigai

Hay personas que viven la vida con intensidad, acumulando cientos de decenas de experiencias enriquecedoras.

Pero también hay otras personas que prefieren mantenerse estables, seguras y cómodas, sin experimentar demasiadas emociones o situaciones disparadoras.

Cada uno es como es, pero lo que decides ser, te va a dirigir hacia caminos relacionados con la felicidad o la infelicidad.

Te explico, pero antes déjame compartirte un dato:

En España, cerramos el año 2023 con un dato sobre las profesiones laborales futuras: el 75% de los adolescentes, prefieren situarse en puestos dirigidos al funcionariado que emprender, ser autónomos o desarrollar sus habilidades.

Un 75% que, por diversos motivos, prefieren la comodidad, el no tener demasiadas responsabilidades en comparación a otras profesiones y el apalancamiento, sin tener en cuenta más sueños que el de realizar las mismas operaciones día tras día para el resto de sus vidas.

Una cosa está clara: el cerebro y la emocionalidad de las personas que más experiencias, emociones y situaciones viven, se encuentra más desarrollado y preparado para afrontar los reveses de la vida.

¿Has conocido algún caso de alguna persona que pocas veces haya experimentado emociones disparadoras, se casi nunca se haya arriesgado, que se haya mantenido la mayor parte de su vida sin salir de su zona segura, que evite las emociones intensas o los contextos que sirven para autotrabajarse de verdad?

¿Qué tendencia esperas que tengan cuando les suceda algo relevante, como una muerte o un despido?


el que suda más en la práctica sangra menos en la arena
Se rompen en mil pedazos.

En estos casos, normalmente (que no siempre), la persona suele caer en una profunda depresión o patologías relacionadas con un estrés por ansiedad generalizada del que será difícil de salir: nunca ha salido del huevo y de repente, una situación externa le rompe  a martillazos el cascarón. 


Emocionalmente demoledor, en estos casos. 

Y eso no tiene por qué puede ocurrir en personas jóvenes, también de edad avanzada. 

Porque todos seguimos la misma pauta anatómica: 

Neurológicamente, si no le das un feedback de un amplio abanico de experiencias a tu mente, ésta no sabrá cómo responder en casos complicados.

Esto funciona así: si a tu cerebro le das durante 15 años emociones de intensidad del 1 al 10 un 3 o un 4, cuando te venga una situación de 9, cundirá el caos bioquímico y, consiguientemente, el emocional.                  

A veces desembocando en patologías interminables, crónicas, o incluso en algo peor.

De estos ejemplos, en Hospital Clínic de Barcelona se ven muchos.

Cada año.

Aquí, el tema es el siguiente:

No hace falta que hagas malabares, que te tires en paracaídas o que hagas rafting.

No. 

De lo que se trata es que, según tu personalidad, tus metas y los sueños que tengas, experimentes de verdad. Con cabeza, por supuesto, y dentro de una responsabilidad contigo mismo. Valora los riesgos, pero…

Vive, Vive y Vive. Atrévete a escalar tu vida en forma de experiencias que te enriquezcan y que, sobretodo, vayan encaminadas con tu propósito de vida:

Si estás en clase de oratoria y tu mentor te recomienda hablar en público una vez a la semana, ¿por qué no querer exprimir el tiempo y hacerlo una vez al día? 

De este modo, tus objetivos se verán reflejados mucho más pronto de lo que crees. 

Alcanzarás nuevas habilidades con rapidez.

Verás que, al atreverte, el esfuerzo no era tan grande y que la Magia sucede. 

Pero esto no es magia: son tus decisiones. 

Pero esto, ya depende de tí.


El que suda más en la práctica, 

sangra menos en la arena.


Practica. Hazlo con regularidad. Vive. Con enfoque hacia dónde quieres llegar.


Planifica y ejecuta ese plan de acción que, en el caso de tener que entrar en lucha o en una situación incómoda, sepas que no te vas a desangrar emocionalmente.

Y, de mientras, disfruta del camino. 




©2024 por IKIGAI

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