Te ha sucedido que llega el viernes y te escuchas pensando
“vaya, qué rápido ha pasado la semana!
Ni me he dado cuenta!”.
“Ni me he dado cuenta”. Una frase inocente pero peligrosa a la que no te tienes que acostumbrar.
La Vida está delante tuyo para ser entendida, vivida, analizada y comprendida por todos aquellos aprendizajes (grandes o pequeños) que te brinda.
Cómo sino aprendemos?
Quizás tienes un horario estresante, una hora para llegar a tu casa y, finalmente, rendirte a tu merecido descanso. Pero cuando esto sucede día tras día, semana tras semana, mes tras mes y año tras año, las consecuencias empiezan a volverse visibles.
Cuando no nos tomamos tiempo para nosotros mismos durante un tiempo prolongado, de repente, cuando paramos, nos damos cuenta de que realmente a día de hoy no nos conocemos.
Vamos a evitar eso!

Soy consciente del ritmo frenético y de la falta de tiempo, por eso ni te planteo pseudorecomendaciones mágicas como tomarte dos horas al día para meditar y estar contigo.
En la gran mayoría de los casos, resulta inviable.
De hecho, me incluyo.
Lo que te planteo es lo siguiente:
Empezar a diseñar tu camino por el principio.
Estipúlate un día de la semana que sepas que vas a tener una hora libre para buscar tu tesoro, y te prometo que a raíz de ello, vas a ganar más tiempo.
Por qué? Porque cuando condicionamos al cerebro para detallar nuestro futuro próximo, éste estará más enfocado, fino, eficaz y resolutivo hacia el lugar donde le queremos dirigir.
La mente no entrenada es extremadamente frágil, maleable y engañable. Dejemos de vivir en piloto automático.
Durante esta hora, toma un papel en blanco y un bolígrafo para anotar cuáles son tus objetivos a corto plazo, los más inmediatos y realistas.
Hazlo en todos los ámbitos de tu vida: trabajo, familia, amistades, hábitos…
Y lo más detalladamente posible. Porque cuantos más detalles, más real se hará en tu inconsciente y él será el que te de el permiso real para materializar tus objetivos a nivel consciente.
Al principio puede que te cueste un poco arrancar, se te haga cuesta arriba o incluso...que se te canse la mano!
Pero enseguida te descubrirás desenredando grandes sorpresas, una de ellas, la que te brindarás a tí por el placer de prestarte atención, sacar tiempo para detallar tu plan de acción futuro.
Sin plan, realmente…hacia dónde estás yendo?
Hasta qué punto quieres seguir dirigido por tu piloto automático?
Cuánto tiempo más estás dispuesto a estar postergando y sin concretar lo que realmente te define?
Te leo!