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Doctor, doctor...¿de qué color tengo los ojos?

Foto del escritor: IKIGAIIKIGAI

13:25 del mediodía. Te presentas ante la consulta médica por un fuerte dolor en la rodilla con el que llevas unos días. Le cuentas brevemente lo que te sucede mientras el doctor va tomando apuntes en el ordenador, sin mediar palabra. 

Al cabo de un minuto y medio, interrumpe tu discurso alegando “tómate ibuprofeno, ponte hielo y dile al siguiente que pase”. Esto es uno de los casos reales que suceden día a día. 

Cómo? Pero qué ha pasado aquí? Ni tan siquiera te ha manipulado la rodilla ni preguntado por tus antecedentes médicos! Y si tienes una úlcera gástrica, problemas en los riñones o hígado y el medicamento está contraindicado en tu caso? Cómo tan siquiera puede acertar en su diagnosis si ni te ha tocado, ni mucho menos escuchado!

En este plan sanitario, según datos oficiales del Gobierno en Sanidad, un médico tiene de media 7 minutos aproximadamente por cada paciente que visite. No parece mucho para contemplar la complejidad de cada persona, verdad?

Hay otro dato: que se sepan, en este país ocurren una media de 30.000 negligencias médicas al año. 

Qué quiero decir con “que se sepan”? Que las propios hospitales ponen tantas trabas y burocracia draconiana para que no se denuncie en caso de mala praxis, que la persona, en la mayoría de los casos, termina por desistir de poner cualquier queja. Amén del tiempo y del dinero que este proceso supone. 

Parecen pocas en comparativa a los 48 millones de personas que somos, pero toda vida es relevante. ¿Estás de acuerdo conmigo?



¿Cómo se espera generar confianza con una persona con la que ni tan siguiera has entablado contacto visual, y que de sus palabras va a depender algo tan crucial como lo es tu salud, la medicación que te vas a tomar durante un tiempo así como tu futuro respecto a tu dolencia?

Aquí el protagonista eres tú: se trata de tu vida, no de despacharte rápido para atender al próximo paciente. Mi consejo: con una problemática de salud de importancia media/alta (una posible operación, tratamiento a largo plazo, enfermedad autoinmune…) pide una segunda, tercera y hasta cuarta opinión: según las estadísticas, de la primera a la segunda opinión el diagnóstico suele variar en un 55% de las ocasiones. Tenlo en cuenta. 

No porque una persona que no conoces, lleve bata blanca y te haya diagnosticado en cinco minutos tiene por qué dictaminar tu futuro.

No me malinterpretes: opino que los médicos hacen un magnífico trabajo, esfuerzo y en la mayoría de casos, dedicación, demostración de humanidad y una labor encomiable.

Te hablo de aquellos que no: ten en cuenta otras opiniones (siempre profesionales) para tener el abanico suficiente de opciones para que libremente puedas decidir con la que te quedas. 

Es un simple consejo, puedes tenerlo en cuenta o dejarlo. Lo importante es que seas consciente y libre en tu toma de decisiones.


Al final, el cuerpo es el único lugar donde tú y solo tú vas a vivir el resto de tu vida y conviene cultivar la propiocepción, autoconocimiento y coger las riendas de tu bienestar físico.



©2024 por IKIGAI

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