La Mente es un buen sirviente pero un mal maestro.
Inevitablemente, todo lo que hay en nuestra mente, antes ha tenido que pasar por alguno de nuestros sentidos. Ahí es donde radica la importancia de mantenerlos lo más saludables y libres de condicionamientos como sea posible.
Todo y que la disciplina de la Psicología se define como empírica y científica, lo cierto es que tu mente es tan compleja como intentar comprender un cosmos debido a que los fenómenos mentales son inaccesibles, muy veloces (procesamos alrededor de 5.000.000 bits de información por segundo a nivel inconsciente) y a que el sistema cognitivo está en continua interacción (todo está relacionado y conectado con todo).
Por lo cual, afirmamos que no tenemos la fórmula mágica para desenmarañar los entresijos de la mente (ni creemos que nadie haya llegado aún ahí).
Resultaría imposible explicar las conductas complejas recurriendo a la actividad neuronal o a los estudios existentes ya que sería como intentar explicar un terremoto partiendo del primer átomo que lo generó, interconectado con millones de átomos más. Todo eso es cierto, pero…
Tenemos un plan.